Tiempo - espacio – luz
Alessia Armeni
Curaduría: Karen Huber
‘La luz es el medio que nos permite ver y por lo tanto percibir el mundo; la luz construye el espacio en el cual vivimos y nos movemos. Es la luz del sol la que hace posible la vida en nuestro planeta y rige los días, las estaciones del año; a grandes rasgos; el tiempo. La luz como un elemento es, por lo tanto, la fuente de los conceptos de espacio y tiempo. Para los pintores, especialmente para aquellos que pintan desde la vida, la luz es el principal objeto de observación y contemplación’
-Alessia Armeni
Sorprendida por la especial luz que destella la Ciudad de México, Alessia Armeni realizó una residencia de un mes en la galería y el estudio de La 77; inspirada por el espacio y entrañable personalidad del patio 77; dedicó su tiempo a un estudio del tiempo, el espacio y la luz del sitio que la albergaba.
La residencia produjo una serie de cuadros al óleo desafiando la teoría de la relatividad, que consiste en la necesidad de unificar la localización geométrica de un objeto en el tiempo y el espacio, pues no pueden ser consideradas entidades independientes o absolutas. Sin embargo, Alessia –meticulosa observadora- fue capaz de pintar el tiempo y el espacio de dos culturas distintas a través de la luz. La artista crea imaginarios atemporales dentro de un solo plano.
En la muestra exhibida se puede contemplar una serie de pinturas realizada en Roma pensando en México: pequeños formatos saturados, ocupados en todo su espacio, tamaños limitantes con un alma libre y amplia en una extensiva meditación; la otra serie fue realizada en México pensando en Roma: pinturas de gran formato expandidas con exceso de aire y detalladas perspectivas. Dos mundos unificados por el espacio y tiempo mediante un pensamiento con un sin fin de emociones y descripciones.
Igualmente presentamos el proyecto 24 hour painting de la artista. El ultimo día de su residencia fue elegido especialmente para aprovechar el fenómeno del equinoccio – momento en el cual el Sol se encuentra sobre el Ecuador haciendo que los días sean iguales a las noches en toda la Tierra, sin embargo la luz varía dependiendo de cada lugar del mundo. La artista divide un bastidor en 24 partes iguales que remiten a las 24 horas del día documentando por medio de la pintura la transformación de la luz. Como referencia, escoge dos paredes blancas y sin ornamentos que forman un ángulo con el objetivo de que el punto de partida sea lo más neutral posible, permitiendo la total observación y concentración en los cambios cromáticos generados en la pared.
Cada hora reproduce la tonalidad de la luz que se proyecta en la pared, este proceso es repetido en el siguiente fragmento hasta completar las 24 horas del día en los 24 fragmentos.
Alessia Armeni
Curaduría: Karen Huber
‘La luz es el medio que nos permite ver y por lo tanto percibir el mundo; la luz construye el espacio en el cual vivimos y nos movemos. Es la luz del sol la que hace posible la vida en nuestro planeta y rige los días, las estaciones del año; a grandes rasgos; el tiempo. La luz como un elemento es, por lo tanto, la fuente de los conceptos de espacio y tiempo. Para los pintores, especialmente para aquellos que pintan desde la vida, la luz es el principal objeto de observación y contemplación’
-Alessia Armeni
Sorprendida por la especial luz que destella la Ciudad de México, Alessia Armeni realizó una residencia de un mes en la galería y el estudio de La 77; inspirada por el espacio y entrañable personalidad del patio 77; dedicó su tiempo a un estudio del tiempo, el espacio y la luz del sitio que la albergaba.
La residencia produjo una serie de cuadros al óleo desafiando la teoría de la relatividad, que consiste en la necesidad de unificar la localización geométrica de un objeto en el tiempo y el espacio, pues no pueden ser consideradas entidades independientes o absolutas. Sin embargo, Alessia –meticulosa observadora- fue capaz de pintar el tiempo y el espacio de dos culturas distintas a través de la luz. La artista crea imaginarios atemporales dentro de un solo plano.
En la muestra exhibida se puede contemplar una serie de pinturas realizada en Roma pensando en México: pequeños formatos saturados, ocupados en todo su espacio, tamaños limitantes con un alma libre y amplia en una extensiva meditación; la otra serie fue realizada en México pensando en Roma: pinturas de gran formato expandidas con exceso de aire y detalladas perspectivas. Dos mundos unificados por el espacio y tiempo mediante un pensamiento con un sin fin de emociones y descripciones.
Igualmente presentamos el proyecto 24 hour painting de la artista. El ultimo día de su residencia fue elegido especialmente para aprovechar el fenómeno del equinoccio – momento en el cual el Sol se encuentra sobre el Ecuador haciendo que los días sean iguales a las noches en toda la Tierra, sin embargo la luz varía dependiendo de cada lugar del mundo. La artista divide un bastidor en 24 partes iguales que remiten a las 24 horas del día documentando por medio de la pintura la transformación de la luz. Como referencia, escoge dos paredes blancas y sin ornamentos que forman un ángulo con el objetivo de que el punto de partida sea lo más neutral posible, permitiendo la total observación y concentración en los cambios cromáticos generados en la pared.
Cada hora reproduce la tonalidad de la luz que se proyecta en la pared, este proceso es repetido en el siguiente fragmento hasta completar las 24 horas del día en los 24 fragmentos.